Hormonas, Sexo y Astrología

El funcionamiento del cuerpo humano es una máquina increíblemente compleja, la cual trabaja en base a reacciones químicas y electricidad. Cada instante de nuestras vidas sucede de acuerdo a las señales captadas por nuestros sensores (visión, olfato, oído, tacto) y por energías que nos impactan directamente el cerebro sin nosotros darnos cuenta (magnetita por ejemplo). Estas señales son procesadas por nuestros sistemas (físicos y lógicos – sistemas nervioso, digestivo, respiratorio, circulatorio, programación intuitiva y personal) y reaccionando de acuerdo con patrones preestablecidos, algunos encontrados en la carta natal y otros aprendidos de nuestro medio ambiente.
Este concepto no es nada nuevo, ya George Gurdjieff lo mencionaba hace 100 años atrás, luego de su largo aprendizaje en las culturas iniciativas en medio oriente y Asia. Es un conocimiento milenario.

Regresando al comportamiento del cuerpo humano, de ninguna manera se trata de presentar al ser humano como “una máquina” solamente, sino por el contrario, tomar conciencia que esa máquina de funcionamiento tan complejo tiene en adición un componente llamémosle “espiritual” que ninguna máquina de inteligencia artificial podrá tener por más avanzada que sea o cantidad de información que posea.

En la astrología tenemos a Venus como el planeta relacionado con el amor y en realidad no es tan así. Venus tiene que ver con la belleza, las artes, la estética, el dinero, los dulces y demás placeres de la vida, pero no el amor como lo conocemos o definimos.
Los tipos de atracciones bajo las cuales podemos funcionar se interpretan por la interacción de las energías planetarias que intervienen en la comparación de las cartas natales, que lo llamamos Sinastría.

En el proceso de atracción, primero se produce la “conexión” entre las personas al momento de conocerse. A partir de ahí, se podrán concretar o no los encuentros siguientes que lleven a una relación íntima.

Cuando esta relación íntima se materializa en el acto sexual, ocurre lo siguiente:
En ambas personas se comienza a producir la Oxitocina, la cual es una hormona que se la conoce como “la hormona de la felicidad”, la cual se genera en la glándula pituitaria ubicada en la cabeza. Esta hormona tiene un papel importante en el sistema nervioso central estimulando la comunicación entre las neuronas del cerebro.

Por investigaciones realizadas en la Universidad de California en San Francisco, se sabe que la generación de Oxitocina está asociada con la habilidad de poder mantener buenas relaciones personales y buenas conexiones a nivel psicológico con los demás.

Cuando la Oxitocina se libera durante el orgasmo, dicho estado activa una unión emocional con la otra persona. Cuanto más frecuente se haga la liberación de esta hormona, más cercana se hará la conexión entre las partes. Si lo vemos desde el punto de vista energético, se va creando una nueva energía que involucra a las dos partes.
Esta hormona también se activa durante las contracciones uterinas en el parto (creando la unión entre la madre y el bebé a nacer).

Por estudios realizados se ha comprobado que la hormona conocida como Arginina Vasopresina (AVP) o Argipresina, la cual es producida por el hipotálamo y asociada a los procesos antidiuréticos, tiene que ver con la creación de relaciones monógamas y de larga duración.

La Dra. Helen Fisher ha llegado a la conclusión luego de extensos estudios realizados, que la presencia de Oxitocina y Vasopresina interfieren en el proceso de generación de la Dopamina y Neropinephirina, lo cual explicaría porque crece la unión en la pareja una vez que la pasión disminuye con el tiempo.
Las Endorfinas, que son los calmantes del dolor producidos naturalmente por el cuerpo humano, también cumplen una función importante en las relaciones duraderas. Las Endorfinas generan una sensación de bienestar, tranquilidad, paz y seguridad. Las Endorfinas también se liberan durante el sexo, al igual que con el contacto físico con otra persona, o cuando se hacen ejercicios físicos, correr y demás.

Estas hormonas se pueden definir como drogas naturales producidas por el cuerpo humano.Después de ver cómo responde el cuerpo humano ante la relación con los demás y especialmente con la pareja o persona más cercana, se puede utilizar la Astrología para hacer el paralelismo entre los astros y los procesos energéticos en nuestro organismo y nuestra relación íntima con los demás.

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