
Por lo general analizamos nuestro estado y situación colocándonos en el centro del análisis dejando en un segundo plano todo lo que nos rodea. Todo lo que nos rodea no se limita a las paredes de nuestra casa, la ciudad o el país donde estamos, sino que, todo lo que no rodea incluye lo que va más allá de nuestro “hogar”, el planeta tierra.
Si queremos hacer un análisis para resolver cualquier problema, es obvio que el mejor resultado será aquel que se tome teniendo en cuenta la mayor cantidad de información disponible. Si nos basamos en una sola fuente de información, lo más probable que el resultado obtenido será condicionado por esa información.
Si bien todos estamos familiarizados en que existen cuatro estaciones y las diferencias entre ellas, diferencia entre la noche y el día, entre las fases de la luna y demás, pocas veces relacionamos a estas y los efectos que puedan tener en nuestras vidas. Simplemente las tomamos como cosas externas, que están ahí.
Ya desde la antigüedad se veía una relación entre eventos externos y la influencia que estos tenían en los seres vivos. En nuestros días existe una rama de la biología que se denomina ‘Cronobiología’.
La Cronobiología estudia la influencia principalmente del Sol y la Luna en los procesos de los seres vivientes. Esto no tendría que sorprender a nadie ya que, desde tiempos remotos, antes de que se conociera como Cronobiología, los campesinos sabían de los momentos para plantar y cosechar los alimentos y estos se regían por las estaciones (posición del Sol) y las fases de la Luna.
Si bien la Cronobiología solo analiza el impacto del Sol y de la Luna, la astrología por su parte tiene en cuenta todos los demás planetas del sistema solar, los ciclos de cada uno y la interrelación de estos.
Hoy día se puede determinar el reloj biológico llegando a nivel de la célula y su nivel atómico, pudiendo analizar en animales (comiendo, durmiendo, apareándose, hibernando, migración, regeneración celular, etc.), en plantas (movimientos de hojas, reacciones fotosintéticas, etc.) y en organismos microbianos como hongos y protozoos, incluyendo bacterias. El ritmo mejor estudiado en cronobiología es el ritmo circadiano, un ciclo de aproximadamente 24 horas mostrado los procesos fisiológicos en todos los organismos.
Existe un reloj biológico en cada cosa viva, y por lo que se sabe nadie ha podido cambiarlo.
Referencias: